«[...] solo somos trozos de carne que el tiempo hambriento devora cruelmente. La carne se pudre y todo termina. […] El alma solo existe mientras haya carne adherida a nuestros huesos».
El dolor nos empuja a hacer cosas terribles. Y si alguien sabe de dolor, ese es Henry Mills.
Una desafortunada noche de verano, el regreso a casa de una familia tras sus vacaciones de verano, se ve ensombrecido por un terrible accidente provocado por el alcohol.
A partir de ese día, Mills, lleno de odio, dolor y deseos suicidas, se sumerge en una espiral descendente que lo llevará hacia el crimen y la degradación.