Todo esto puede ser verdad, o no, aun así, es innegable que la Perla Tapatía es una ciudad endemoniada.
En 1972, una Triada de demonios cambió la forma tradicional de obtener almas y los seres humanos estaban más listos para rendirse a la tentación que para combatir el Mal.
La bella ciudad de Guadalajara es el telón de fondo para esta nueva estrategia demoníaca que, a lo largo de cuarenta años, da sus frutos envenenados, trastocando los Poderes civiles e infectando todos los niveles de la población, hundiéndolos en la miseria y el odio.
Para complicar los eventos, aparecen algunas personas, las únicas con los recursos para enfrentar a la Triada, que, sin embargo, no parecen ser mucho mejores que los demonios.
