Los desvelados transeúntes tiemblan al verme, y gritan o corren; abren los ojos tan grandes como su boca. ¡Pobres personas! Balbucean y me ponen distintos nombres, petrificados por mi estatura y ropaje. Mis encuentros son escasos, pero me bastan.
Todos ellos ignoran que esos ojos desorbitados me permiten el ingreso a sus cuerpos; poseerlos es excitante para los dos...
–Placer sobrehumano
Libro doble que incluye el volumen de cuentos Tenemos una sombra y el poemario Grito acumulado.
Grito acumulado, es un libro cuya característica primordial es agrupar una sucesión de poemas que funcionan como un dispositivo que va de la apreciación de la pérdida hasta la transformación del sufrimiento en una comprensiva y nueva esclusa en camino del destino único de todos: la muerte.
Por otra parte, los relatos en Tenemos una sombra son ocho, pero se agrupan en dos conjuntos reconocibles; primero, cuatro donde impera la primera persona y los elementos sobrenaturales. Los últimos son historias que comparten a sus personajes y anclan lo que se narra al universo de la infancia, donde los adultos son «gigantes» con quienes dos hermanos (Anita y Tono), el menor de ellos ciego, interactúan y reciben castigo por sus acciones. En estos cuatro cuentos, el lenguaje de la niñez transforma la percepción y el lector es presa ávida de historias que pueden leerse de modo independiente, pero, de forma sencilla, también asociarse.
